Existen hongos vasculares, polífagos o monófagos, que pueden colonizar el sistema vascular del árbol o palmera, provocando la muerte por bloqueo del flujo de savia. Suelen aprovechar un debilitamiento previo de las plantas a las que afectan.
Pueden originarse con patógenos presentes en el suelo, que degraden progresivamente el sistema radical secundario para, posteriormente, introducirse en el sistema vascular, o también pueden ser transmitidos por un insecto vector, (chupadores o perforadores).
Es muy importante un diagnóstico lo más temprano posible, ya que, al causar progresivamente la muerte de los tejidos vasculares, éstos no podrán volver a ser funcionales. Si el grado de avance de la enfermedad es muy alto, el árbol tardará mucho en recuperarse o incluso su declive será irreversible.