Áfidos/Pulgones

Los áfidos (pulgones), que pertenecen a diversas familias (Aphididae, Adelgidae, Lachnidae, Mindaridae…), se reproducen y extienden a gran velocidad entre la mayoría de plantas leñosas, ya que son polífagos y su corto ciclo vital permite que tenga varias generaciones anuales. Su actividad suele concentrarse en estaciones templadas y con poca humedad. De varios colores (negro, verde, naranja…) y un tamaño de 1 a 10 mm, su aparato bucal es capaz de atravesar la epidermis de la hoja hasta succionar la savia del floema, provocando un retraso o malformaciones en el crecimiento de los nuevos brotes, lo que acarrea un decaimiento general del vigor y las defensas naturales de la planta frente a patógenos. Además, segregan melaza (sustancia azucarada pegajosa ), que supone una seria molestia en zonas urbanas y fomenta la formación la negrilla (fumagina), hongo que cubre la hoja y puede disminuir la actividad fotosintética. También pueden ser vectores de otros agentes fitopatógenos (virus).

Pulgón lanígero

Invierno

Primavera

Verano

Otoño

En algunas ocasiones, el pulgón genera una secreción algodonosa filamentosa, que los protege de agentes externos. Se instalan preferentemente en grietas y heridas de las zonas leñosas, desde donde extraen la savia de diversas especies ornamentales (Ej., pulgón del chopo, Phloeomyzus passeerinii) o agrícolas (pulgón lanígero del manzano, Eriosoma lanigerum).

Pulgón de las coníferas

Invierno

Primavera

Verano

Otoño

(Cinara spp.): Se suelen instalar en las zonas leñosas, succionando la savia y restando de manera significativa vigor a la planta. y principalmente afectan a especies de pinos, cedros, abetos y cipreses. Los más comunes son los de género Cinara (Cinara atlantica, Cinara cupressi).

Pulgón de los cítricos

Invierno

Primavera

Verano

Otoño

(Aphis spiraecola): Generalmente del género Aphys, se dan tanto en especies ornamentales como agrícolas, provocando serios daños. Es común que sean polimorfos (con y sin alas). Se suelen organizar en colonias, presentes en el envés de las hojas. Un claro síntoma de su presencia son los enrollamientos en las hojas jóvenes.